En entrevista con Carmen Aristegui esta mañana en MVS Noticias, Sicilia sostuvo dos declaraciones interesantes. La primera es que México cruza un estado de emergencia nacional porque la violencia que se vive no puede ser denunciada ni solucionada; ya que las instituciones mismas están corruptas y se vuelven contra nosotros. Pocos mexicanos hay que duden de esta afirmación. La segunda declaración es más bien moral. Dice Sicilia que cada una de las muertes de jóvenes en el país debemos entenderla, cada quien, ni más ni menos como el asesinato de uno de nuestros hijos. La violencia de la que no nos protege el Estado con medidas apropiadas está cobrando para sí lo mejor del país: su juventud. Esto es un franco llamado a la sensibilización de la ciudadanía.
Las movilizaciones ciudadanas tienen que ser nutridas con la indignación de más y más mexicanos, por medio de la transmisión informativa que sea un mero "informar", sino un "conmover". Los poetas deberían trabajar en esto. Y se debería empujar a que los medios masivos hagan lo mismo.
No debemos pedir, debemos exigir. Tomar las riendas del país de quienes son incapaces de hacer su trabajo de servicio a la nación. Se debe romper del cerco informativo, se debe ocupar el espacio virtual, se debe ocupar la plática de sobremesa con nuestras familias y vecinos, y se deben ocupar las calles.
Pero sobre todo se debe llamar a la unidad cívica. Lograr mover al pueblo como un solo ente desplegando su fuerza hacia una acción firme e inteligente. El principal enemigo que debe ser vencido es el miedo y la apatía del ciudadano común, lo que nos paraliza. El pueblo de abajo, el pueblo ultrajado, ya está listo.